CYMISA: febrero 2014

Mobiliario con mucha carga de trabajo

por Isaac Castillo

Habitualmente soy un cliente que acude a algunas cafeterías ya que me considero un aficionado al café, como persona involucrada en el mundo del herraje y los acabados para muebles, no puedo dejar de observar y hasta en ocasiones pedir permiso para ver qué tipo o marca de herraje tiene el mobiliario de estos lugares. Me he encontrado con puertas caídas, desajustadas, cajones que no cierran o que en general no realizan la función adecuadamente, debido a la mala calidad con que estos muebles fueron hechos.

Esto por supuesto, y como todo en la vida, no se puede generalizar, pero curiosamente en el caso del mobiliario institucional, ya sea en cafeterías y/o restaurantes de comida rápida, es muy común encontrar materiales y herrajes de calidad muy ordinaria lo cual deriva en que la vida útil del mobiliario sea corta y su funcionalidad muy limitada.

La fabricación de mobiliario en general no solamente es cuestión de diseño y materiales, sé que es también cuestión de costos, concursos, competencias... pero, por qué fabricar un mueble que está bajo una intensa carga de trabajo con tan poca calidad, por qué fabricar mobiliario con tan poca vida útil, si esto al final del día resulta mucho más caro, por qué no fabricar muebles que resulten incluso hasta divertidos al abrir y cerrar de puertas y cajones haciendo la jornada laboral más ligera; que el mueble tenga un sentido más profundo de ser, una calidad y una durabilidad más rentables.

Seguramente hay muchas cosas que ignoro y las personas que fabrican este tipo de muebles ya tiene muy claros sus costos y el por qué de los materiales que usan en la fabricación de éstos.

Personalmente creo que el mobiliario institucional en específico merece una bisagra y una corredera de la mayor calidad posible debido al uso y al maltrato al que están expuestas; con esto seguramente ya no se verían más puertas desalineadas, caídas o cajones que no cierran, y el mueble tendría una significado distinto.