La Arquitectura del Museo Mercedes-Benz
El visitar el museo de
Mercedes-Benz en Stuttgart causa una emoción especial al combinarse el gusto
por los coches y la arquitectura. Cumple al cien por ciento con las
expectativas en ambos sentidos, pues si le dedicas tiempo a observar la
arquitectura del lugar, al mismo tiempo que recorres los salones que contienen
no sólo la historia de la firma y del automóvil, sino del mundo en los últimos cien años, puedes pasar un día
entero.
Tres firmas de
arquitectura definieron el carácter del museo: Ben van Berkel y Caroline Bos
crearon el excitante diseño del edificio. HG Merz desarrolló el concepto en
cooperación estrecha con la entonces DaimlerChrysler AG, desde la invitación
inicial a los ponentes hasta la planeación detallada de la presentación del
museo. El borrador inicial del despacho UNStudio parecía una simple figura
geométrica compuesta de tres aros girando sin fin entre ellos.
Una joya de arquitectura moderna
La visita al museo comienza con una
excelente recepción y un lobby abierto a una altura de 33 metros con 3
elevadores que sólo dejan ver las caras de las personas. Las rutas que se
siguen en el edificio se entrelazan en nueve niveles que nos llevan a través
del tiempo, desde la invención del automóvil hasta el presente, y termina con
un vistazo a lo que será el futuro del automóvil. La visita termina con la visita a la sala de
ventas y servicio de Mercedes-Benz en Stuttgart. El museo se alza en una loma
de 6 metros de altura y Ben van Berkel usó estas condiciones topográficas como el punto de partida para la planeación
de su primer boceto. De esta manera, la idea es que los visitantes percibieran
esta estructura de 110,000 toneladas como flotando sobre el piso.
Vista del Atrium desde la recepción
La capa exterior del museo esté
hecha de materiales que son usados en la industria automotriz, aluminio y
vidrio. Los paneles brillantes de aluminio pulido tienen la apariencia de
bandas interconectadas, mientras que las ventanas de un color más obscuro forman
líneas curvas que se tratan de ocultar entre cada aro brillante de aluminio.
Este efecto se revierte en las noches, cuando la luz interior resalta sobre los
aros exteriores.
Vista nocturna del museo Mercedes-Benz
HG Merz estuvo involucrado como un
arquitecto externo, desarrollando el
concepto para el museo. El es un arquitecto, cuyo trabajo tiene poco que ver
con el diseño de nuevos edificios, sin embargo, si se especializa en diseñar
museos desde un contexto histórico incorporando nuevos diseños a edificios ya
existentes, y al estar asociado a la marca Mercedes-Benz por más de 25 años,
fue fácil incorporarlo nuevamente a este monumental reto. Merz adquirió gran
renombre por la conversión del Museo Island Alte Nationalgalerie en el centro
de Berlín en 1993, desde entonces el arquitecto tiene una oficina en la capital
alemana.
La doble hélice recorre los más de
125 años del proceso evolutivo del automóvil, tomando como base la historia de
la marca Mercedes-Benz y sus predecesores. El ADN que ha marcado la evolución
del automóvil desde su invención en 1886 se encuentra en la historia de la
marca Mercedes-Benz.El diseño arquitectónico del museo Mercedes-Benz incorpora
esta inseparable unión entre tradición e innovación. el recorrido a través del
tiempo culmina en el cuarto de las "leyendas" con docenas de autos de
carreras desde 1900 hasta nuestros días. Los autos son presentados en una curva
peraltada que continúa la forma del museo y también se asemeja a una pista de
carreras.
Curva peraltada con los autos de carreras
No existen ángulos rectos en el
museo. Todas las paredes y los techos, rampas y columnas son curvas o
arqueadas, fluyendo suavemente unas con otras. en realidad, no hay divisiones
marcadas entre las diferentes secciones. los espacios son tan amplios que a
pesar de que lo visitamos en un día festivo, el flujo de gente se hacía sin
problemas.
Las rampas y los pisos de exhibición se funden entre sí
La innovación más espectacular en el
edificio son los "giros" que se van incorporando a las superficies
planas de exhibición, pues surgen de cada piso y luego van dando vuelta de una
manera muy natural, hasta llegar al siguiente nivel. Esto permite observar los
autos desde todos los ángulos.
Piso de exhibición de
los autos ecológicos y al fondo una de las rampas
Esta geometría compleja se embona
perfectamente con los cuartos de Colecciones con grandes ventanales que
permiten ver hacía las canchas de entrenamiento del VfB Stuttgart, que este año
llegó a solamente 43 puntos contra el Bayern Muenchen que fue campeón con 91
puntos. Por cierto desde 2008 el nombre del estadio es Mercedes-Benz Arena y se
encuentra a unos pasos del museo y de las fábricas de Mercedes.
Estadio del VfB Stuttgart
La visita termina con una vista al
futuro de Mercedes-Benz y sus autos, un sueño para los amantes de los
automóviles.
Después
de visitar el museo vale la pena subir a las colinas donde están los viñedos y
probar un buen vino de la zona de Baden Württenberg, mientras se disfruta la
vista de la ciudad de Sttutgart, cuyo nombre procede de stuttengarten, que
quiere decir, jardín de los las yeguas, pues la ciudad tiene su origen en los
antiguos establos del duque Liudolf de Suabia. Su escudo tiene por esa razón un
caballo y la marca Porsche incluye este escudo en su emblema.
Vista de Stuttgart desde los viñedos
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