martes, 26 de noviembre de 2013

La Arquitectura Del Museo Porsche


La arquitectura del Museo PORSCHE
Por Carlos Cook

    Al visitar Stuttgart en Alemania, es casi una escala obligada el Museo Porsche. Las ideas geniales, las tecnologías fascinantes y los vehículos legendarios se merecen un marco adecuado. En la arquitectura del Museo Porsche se ha encontrado ese marco en el que se reúnen el pasado, el presente y el futuro de Porsche. Y una cosa es segura: el edificio diseñado por Delugan Meissl no pasa desapercibido. Soportado por sólo tres pilares en forma de V, el dominante cuerpo principal del museo parece flotar como una sola pieza a gran altura del suelo. Aún en el exterior del museo, nos recibe un hermoso 911 amarillo.
El monolito se encuentra a una impresionante altura de diez metros sobre el nivel de la calle, resaltando así la amplitud de la plaza ante la que se encuentra. Su interior alberga la exposición, el restaurante “Christophorus” y la zona de eventos con una azotea. Bajo el monolito se aloja la base del edificio, en la que se recibe a los visitantes del Museo Porsche, allí se encuentran el vestíbulo, el taller y el archivo, un pequeño restaurante y una cafetería, la tienda del museo, el guardarropa y las taquillas. Que recomendamos dejar al final de la visita. Al llegar nos recibe un estudiante colombiano de Ingeniería Aeroespacial, que en sus ratos libres trabaja en el museo para ganar una buena cantidad de euros.

La forma ascendente del techo de esta construcción ofrece espacio frente a la entrada para una segunda planta en la que se aloja la sala de lectura del archivo. Los dos cuerpos del edificio están unidos por una escalera en ángulo y por un ascensor. Los visitantes acceden a la sala de exposición en la planta superior, con una superficie de unos 5.600m2, a través de una escalera eléctrica. Una vez allí pueden decidir si comienzan la visita cronológicamente con la historia de la empresa anterior a 1948 o si prefieren pasar directamente a la parte principal de la exposición a lo largo de la historia de los productos Porsche. Es un deleite ver los autos que han recorrido las pistas aún con las marcas de las carreras, así como los primeros autos diseñados por Ferdinand Porsche.

El monolito y la base presentan una geometría diferente desde cada perspectiva debido a
sus vanguardistas formas poligonales y a las distintas estructuras y superficies acristaladas.  La fachada acristalada del museo de 23 metros de altura con el emblema de Porsche está orientada al norte y es lo primero que ven las personas que llegan hasta aquí con su coche desde la ciudad. Para los que llegamos en tren, esta vista queda oculta, por lo que es una agradable sorpresa al dar la vuelta a la esquina. El arquitecto ha conseguido, por un lado, crear un centro que destaca en su entorno y, por otro lado, generar una imagen global muy armoniosa. "Cada idea es entendida como una oportunidad para afrontar nuevos retos, para sondear nuevos límites y aún así permanecer fieles a la filosofía de la empresa y a sus valores como entusiasmo, fuerza e independencia. Todo esto debe reflejarse en el museo”, dice el arquitecto Delugan Meissl.
Al concurso de arquitectura convocado para adjudicar el proyecto del Museo Porsche se presentaron 170 arquitectos, y el estudio vienés se hizo finalmente con el contrato a comienzos de 2005.








Comentarios: Ccook@cymisa.com.mx

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